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Kant buy me love

Los Vatileaks y las preguntas de Kant

Publicado: 2012-06-25

Ocurrido su sensible fallecimiento, es probable que Kant haya subido al cielo. Si efectivamente lo dejaron entrar, eso ya es otra cuestión; pero a juzgar por sus escritos, no cabe duda de que tenía esa pretensión. Entre los argumentos que pudo haber presentado para su admisión está el haber contribuido con cuatro preguntas a que los seres humanos comprendan, si responden bien, que sus vidas pueden incluso hasta tener sentido. Las preguntas son: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué me cabe esperar? ¿Qué es el hombre? Como lo muestra su formulación en primera persona, estaban diseñadas para que el aspirante a ser racional las planteara reflexivamente, de modo que pudiera descubrir cuán impura estaba su imaginación. Pero el propio Kant se encargó después de inventar unas respuestas trascendentales que podrían haber disgustado a san Pedro... vaya uno a saber.

Lo más probable es que a san Pedro lo distraigan ahora otras cosas. Entre ellas debe estar el thriller llamado Vatileaks. ¿Qué pasaría si aplicáramos las preguntas de Kant a este engorroso affaire? Tal vez descubramos en ese modesto ejercicio nada menos que el sentido de la vida. Pero antes de empezar: ¿Qué sobre la faz de la tierra es el sentido de la vida? Desde el enfoque kantiano, es algo así como un viaje a través de nuestras esperanzas menos chifladas… siempre y cuando haya a dónde viajar. Sobre esa hipótesis, ahora juguemos:

1. ¿Qué puedo saber sobre los Vatileaks? Solo conozco el fenómeno mediático como lo presenta la prensa italiana. De hecho leo prensa de otros países, pero los corresponsales de las mejores agencias explican lo que han leído en la prensa italiana. Ni el Papa conoce la cosa en sí. Solo Dios, los ángeles, las almas separadas y el diablo saben qué está pasando. Saber lo que ellos saben supone tener un buen contacto con algún miembro de ese exclusivo club.

2. ¿Qué debo hacer respecto del affaire? Si nadie sabe qué diablos está pasando, no queda mucho más que esperar el siguiente acontecimiento, que es en realidad lo que todos estamos haciendo desde que nacimos. Desde luego, hay muchos rituales propiciatorios que todavía se suelen practicar; pero eso también sería poco crítico desde la óptica de Kant; en el mejor de los casos es asumir que a uno ya le otorgaron crédito en el banco del segundo piso.

3. ¿Qué me cabe esperar en este caso? Una película taquillera de todas maneras, de eso no cabe duda. Entre tanto, cabe esperar sorpresas. Tal vez el Papa no sea el intelectual descuidado que soltó las riendas, ni Bertone el ayudante que se lanzó a recuperarlas y que ahora cuelga del cuello de uno de los caballos con un signo de interrogación en su elíptico rostro. Muy a contrapelo de lo que cuenta la prensa, creo que nos conviene esperar lo inesperado.

4. ¿Qué es el hombre según el affaire Vatileaks? El hombre es el problema, de eso podemos estar seguros. El sentido de la vida no parece ser para algunos miembros de la curia lo que san Pedro esperaría que fuese (allá ellos); pero eso no implica que la vida carezca de sentido. ¿Qué sentido tendría si no pudiésemos vernos a nosotros mismos reflejados en la imagen de un viejo cardenal a punto de ser desaforado... y disfrutar con el aporte de esa reflexión?


Escrito por

Luis Eduardo Bacigalupo

Anti-filósofo, profesor de filosofía dedicado al estudio de la religión, creyente escéptico, malleus maleficorum... etc.


Publicado en

El Ojo de Timón

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